Ser papá o mamá ya es bastante trabajo como para encima estar compitiendo en Instagram, ¿no crees? A veces parece que todo el mundo tiene hijos perfectos, casas limpias, loncheras con snacks orgánicos y tiempo para hacer yoga. Spoiler: no es real (o al menos, no todo el tiempo).

La trampa de la comparación

Las redes sociales pueden ser una gran herramienta para aprender, reír o conectar. Pero también pueden hacernos sentir que no estamos haciendo suficiente.

“¿Cómo esa mamá tiene tiempo de hacer manualidades todos los días?”

“¿Ese papá ya llevó a su hija a acampar y la mía sigue viendo Peppa Pig?”

Alto. Lo que ves es solo una parte, lo mejor editado. Detrás de cada post hay días caóticos, niños con berrinches y padres agotados… como tú.

Comparar no es lo mismo que inspirarse

Está bien seguir cuentas que te gusten, pero no te presiones por hacerlo todo igual. Inspírate, sí. Pero sin dejar de ser tú. Cada familia es única, con ritmos y recursos diferentes. Lo que funciona para una, tal vez no encaje contigo… ¡y está bien!

El arte de la crianza relajada

La crianza no es un concurso. Es un camino con subidas, bajadas, risas, miedos y momentos de caos total. Lo importante es estar ahí, aunque no todo se vea “instagrameable”.

Haz lo que puedas, con lo que tienes. Y si un día solo se pudo cereal con leche para cenar… eso también es amor.

No necesitas likes para ser un buen papá o mamá.

No necesitas una rutina perfecta.

No necesitas seguir la tendencia del mes.

Solo necesitas presencia, cariño y un poco de paciencia contigo mismo.

Por : Andy I.